¿Qué otra cosa podemos esperar en el decimosexto disco de estudio (si, decimosexto) de Bad Religion? La banda californiana de punk rock melódico exprime su mejor receta: melodías rápidas, arreglos vocales a la perfección, palo y a la bolsa.
Son 16 canciones (otra vez el 16 como número insignia) que reflejan la prolijidad del sonido punk-rockero de la banda, con ese agregado de distinción que significa la voz y las letras de su cantante Greg Graffin, con el componente político y anti-sistema que es un sello distintivo de la banda.
La declaración de principios del primer corte del disco llamado Fuck You es esclarecedor: “Everybody needs a slogan in their pocket or two, It never hurts to have a strategy you can go to…”, para luego rematar con un estribillo contundente y fisiológicamente pensante: “Just say fuck you, Pavlovian rude…”.
En canciones como Dharma and the Bomb (¿influencia del Mama’s Boy de los Ramones?) se observa el reemplazo del sonido sucio de antaño por algo más clarificador y profesional, en virtud de un resultado final más audible. Este dato no es casual: el productor del disco es Joe Baresi (responsable de producciones de discos de Queens of the Stone Age y Melvins, entre otros), quien además produjo el disco anterior del grupo (The Dissent of Man, del 2010).
El “do it yourself” prototipo del punk de sus comienzos se ha beneficiado con el trabajo de estudio de las últimas producciones de BR.
Hello Cruel World, Crisis Time, Past is Dead o la canción que da nombre al disco muestran a los californianos en forma óptima (aspecto que se corroboró en su última visita al país en Octubre del 2011)
32 años de trayectoria no son en vano. Bad Religion sigue desplazándose en las aguas donde mejor se siente. Y está muy bien que así sea.
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