Al entrar al Malvinas Argentinas y ver una gran cantidad de remeras negras, algunas un poco grises porque vienen siendo usadas desde mediados de los noventa, uno se da cuenta de que ahí no tiene ninguna validez una afirmación del tipo “yo a Hermética y a Malón lo escuchaba cuando era más pendejo, ahora escucho otra cosa”.
Seguir a una banda de heavy metal nacional como lo es Malón, o como lo pueden ser Almafuerte u Horcas, tiene que ver con el sentido de pertenencia a un grupo y a un estilo de música que reúne a todos aquellos fanáticos que juntan moneda a moneda la plata para ver lo que le gusta y no lo que se les “sugiere”. El clásico “somos los negros, somos los grasas pero conchetos no” no tiene ninguna connotación agresiva aquí después de tantos años. Es una celebración por poder juntarse nuevamente y llevar a cabo un ritual que empieza desde muy temprano.
Se ve gente que supera los treinta años; se ven flacos que no han llegado a las nueve la noche lo mínimamente sobrios para poder contar cómo estuvo el recital; se ven metaleros que abren las ventanas de un Peugeot 504 y ponen una canción de Hermética para cantar a coro en la vereda mientras le hacen fondo blanco a la cerveza que toman del pico. Están todos los tienen que estar.
Lo que luego se llevan a sus casas es un arsenal de canciones de los únicos dos discos de Malón hasta el momento (Espíritu combativo y Justicia o resistencia), como Malón mestizo, Bajo el dominio danzante, Cancha de lodo o Gatillo fácil.
El grupo suena ajustadísimo en esta ocasión que Claudio O’ Connor-más entero que en su aparición en el Maquinaria Fest-la anuncia como el único show en Capital hasta fin de año. El Tano Romano, Karlos Cuadrado y el Pato Strunz demuestran que no le mezquinan a los ensayos en la sala que tienen en Flores. Se los nota ajustados y dejando todo para que la banda suene como en las mejores épocas.
Si se trata de una banda que tiene tres ex integrantes de Hermética, es lógico que se despachen con temazos como Olvídalo y volverá por más, Tú eres su seguridad, el que esperan todos desde temprano, y Evitando el ablande.
Luego de casi dos horas de machaque metalero, los Malón se despiden para arrancar una gira nacional y grabar un nuevo disco que seguramente será bien recibido por sus seguidores, aunque está claro que no es condición para mantener el respeto que bien se han ganado hace mucho tiempo. Para un metalero, tenga la edad que tenga, no sólo se trata de música.
Alejandro Panfil
Foto: Victor Guagnini
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