Alguna mente brillante seguramente pondrá en duda nuevamente el valor de una propuesta como la de Marky Ramone y sus frecuentes visitas a la Argentina, viniendo en distintos envases como los Intruders, Marky Ramone and Friends, acompañando a Jerry Only en una recauchutada versión de los Misfits o ahora con su Southamerican Blitzkrieg, junto a Michael Graves, en voz, y a los locales Crazy Joe, en guitarra, y Alejandro, el sorpresivo reemplazante de Martin Blitz (?), en bajo y one, two, three, four.
Pero aquellos quienes imprimen tantas dudas a Marky, aquellos que solo contemplan música nueva y lograda, cosa que es totalmente una rareza en estos tiempos, deberán sentir más y no analizar tanto, ya que lo que propone el ex baterista de los Ramones es una fiesta de reencuentro, celebración y homenaje a todas esas brillantes canciones que generaron millones de admiradores e influenciaron a miles y miles de bandas alrededor del mundo. No se trata de descubrir la pólvora, se trata de recordar, saltando, cantando y pogueando, a los Ramones pero con uno de ellos en el escenario. Y Marky, a pesar de sus 57 años, toca la batería como cuando tenía 25 y nos hace sentir que el tiempo nunca pasa y que, salvo por las tristes noticias que cada tanto llegan, como la muerte de Arturo Vega, se puede seguir creyendo que Ramones no murió.
Marky es un monstruo del instrumento, por la pasión y la técnica que le pone con el correr de los años. Hace unos meses le preguntábamos por su DVD de técnicas de batería y dijo que no le gustaba enseñar. Y claro, ver para aprender… Michael Graves, que estuvo en la etapa American Psycho, de los Misfits, canta como los dioses y respeta casi a la perfección el estilo de Joey. Eso sí, hace coreografías, salta, le pone mucha onda para que no todas las miradas vayan dirigidas hacia la batería. Crazy Joe, excepto por un pifie sin retorno en I don’t wanna go to the basement, es un calco de Johnny, dándole a la guitarra como si estuviera talando árboles, o gente, con una motosierra. Martín Blitz estaba anunciado en los afiches, pero hoy no toca. Alejandro, su reemplazante, lo hace a la perfección: es el más rescatado y tiene a cargo los tiempos del concierto: él sabe bien cuando tiene que meter el clásico one, two, three, four de Dee Dee y C. Jay y todos lo deben respetar.
La lista para el show del Teatro Vorterix fue confeccionada por los fans y no le falta ningún clásico: arrancan con The job that ate my brain, de Mondo Bizarro, pero irán metiendo de todas las épocas, como I don´t care, Havana affair, Cretin Hop o Needles and Pins. También hay lugar para el acusticazo de Michael Graves, con Dig up her bones y Saturday night. En el bloque de cierre incluyen, entre otros, What a wonderful world y Blitzkrieg Bop. A esta altura de las cosas, pogo y sudor ya pasaron por caja.
Algunos le llamarán Marky Ladrone, otros tal vez perdieron la cuenta de las veces que vino y por eso ya ni se acercan a sus conciertos. Pero hay otros miles de chicos que, por su edad, es la primera vez que asisten al ritual ramonero.
Hay mucha mala música dando vueltas. Agradezcamos que hay alguien como Marky haciendo escuela, enseñando el camino.
Pero ese no era Martin Blitz!
Gracias por la observación. Estaba anunciado Martin Blitz. Lo estamos chequeando con la organización. Saludos