El 2001 fue bastante complicado. Pocos años se recuerdan tan nítidamente como ese, ya que hubo hechos que quedaron marcados a fuego, como la caída de las Torres Gemelas, la crisis económica, política y social que derivó en una Plaza de Mayo hecha un campo de batalla y un presidente saliendo en helicóptero y, claro, el Racing campeón después de 35 años. 2001 también fue el año en que una enfermedad de mierda se llevó a Joey Ramone, sin dudas el mejor cantante de rock de la historia, y con él se fueron las últimas esperanzas de una ya por ese entonces casi imposible reunión del grupo que nos gusta a todos. Ya no iba a ser posible tenerlos nuevamente a todos juntos en un escenario y, claro, costaba caer en esa realidad.
Pero desde el 15 de abril hasta la fecha, paradójicamente, Joey parece estar más vivo que nunca, al igual que Dee Dee y Johnny, ya que absolutamente nadie en el mundo se permitió olvidarse ni de la banda ni de su legado, entre ellos Mariano Martínez (Attaque 77), Ray Fajardo (El Otro Yo), Marcelo Corvalán (Carajo), Expulsados, Cadena Perpetua y varias bandas más de la escena punk local que el 27 y 28 de julio del 2001 decidieron darle el debido Homenaje a Joey Ramone, con dos recitales en Cemento que quedaron registrados en un disco que por estos días volvió a editar Pinhead Records.
Estos dos shows, como no podían ser de otra manera, fueron al palo y cargados de emotividad, ya sea al momento de gritar hasta más no poder el Hey Ho Let’s Go, en Blitzkrieg Bop, o el Gabba Gabba Hey!, en Pinhead.
Fueron 27 temas los que finalmente llegaron a este disco en el que se puede encontrar una gran versión de Somebody put something in my drink, con Claudio O’Connor, gran interprete de covers, en voz, y Strenght to endure, con Corvata al mando del bajo y de un interesante nivel de zanata en la letra. También aparece completamente Attaque 77 tocando Bonzo goes to Bitburg, con algún que otro pifie que no impidió que la multitud se emocionara al corear «My brain is hanging upside down».
Joey no se murió, de ninguna manera. Que no esté más parado en el medio del escenario no significa que su hermosa voz no se siga oyendo.
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