Este álbum producido independientemente por la banda y mezclado por Patricio Claypole trae consigo el sonido que ya venía trayendo desde Cazador, pero con 11 temas que dan más para analizar y sentir acerca de su producción.
Continúan así las letras metafóricas pero directas, cortas, levemente oscuras y místicas, y también emocionales. Las melodías en Temporal se permiten más cambios y exploración para conjugar un buen disco, que se siente natural y profesional.
Sin abandonar las piezas instrumentales (Salvador Pt.1, Salvador Pt.2, Paisaje Negro), que le dan dinamismo al álbum, Narcoiris abre con el tema que le da nombre al trabajo para dar paso a Montaña y Revolución, este último con fuertes influencias del rock clásico y matices del blues.
Sobresalen junto con Revolución la «punkera» Volver al Fuego -quizás la mejor canción del álbum- y Sangre, un oscuro, visceral y existencial tema que adquiere mayor consistencia a medida que avanza para finalizar pregonando: «No creo en nada, tampoco en mi, sin rumbo ni norte, no hay dónde llegar, todo es camino y nada más».
Notablemente más compacto, el sonido de Narcoiris parece haber encontrado su zona de confort, sin que esto sea un punto negativo. Habrá que esperar la próxima producción del trío conformado por Finger, Mariano Bertolazzi y Seba El Bonzo Romani, para reseñar la evolución de la banda. Todo es camino, y nada más.
Andrés Carrizosa
Dejá tu mensaje