Tan cerca geográficamente, pero tan lejos desde el interés. Así, salvo algunas excepciones, siempre estuvo el rock brasileño respecto de los oídos argentinos, pero eso es otra historia que para encontrarle explicación deberíamos retroceder a tiempos de absurdas guerras tras las firmas de absurdos tratados. En fin…
Dejando de lado el argentocentrismo, lo concreto es que el rock brasileño, hasta llegar a su propia legitimación en la década del ochenta, siempre fue mirado de forma despectiva por quienes custodiaban celosamente la producción cultural, mayormente dominada por la Música Popular Brasileña (MPB). Pero hubo una camada de jóvenes, tildados de «elitistas», «burgueses» y «alienados», que desde su aislamiento en una ciudad que poco tenía que ver con las raíces históricas del país, se encargó de establecer una distancia con ese legado popular y hacer su propia historia a partir de consumir música proveniente de Estados Unidos e Inglaterra. La gran paradoja del rock brasileño fue que aquellos que a su modo le dieron la espalda a lo tradicional para pasar a nutrirse de música anglo fueron quienes terminaron por gestar una escena rockera con una identidad propia y bien brasileña, sin la necesidad de ese optimismo desmedido que contenía el rock hecho a orillas del mar.
El 21 de abril de 1960 se fundó Brasilia, ciudad cuyo diseño está inspirado en la estructura de un avión y que pretendió ser la capital de la esperanza y del fin de las clases sociales. La noble pero irreal intención de ciudad ideal quedó solamente en lo que hoy se conoce como la capital política de Brasil. Y como era de esperarse, allí fueron a parar funcionarios, diplomáticos, banqueros y sus respectivos hijos. De ese aislamiento que fue vivir en una ciudad totalmente planeada desde cero surgió una generación de jóvenes que no soportaba más la vida monótona y entre esa camada de jóvenes estaba Renato Manfredini Jr. (luego Russo), quien un buen día descubrió, leyendo las revistas importadas The New Musical Express y Melody Maker, un movimiento llamado punk. Al enterarse que los Sex Pistols estaban haciendo un escándalo bárbaro con sólo tres acordes, y al confirmarlo escuchando discos como Inflammable Material, de Stiff Little Fingers, cambió rápidamente su aspecto y decidió armar una fugaz banda que se llamó Aborto Eletrico, algo así como el prototipo punk de lo que sería su posterior y definitiva Legião Urbana (Qué país e este, Geração Coca-Cola y Tedio com um T bem grande pra você son algunas muestras de lo que Renato llevó de una banda a la otra).
No sólo surgió Legião de ese nuevo semillero de bandas que fue Brasilia, sino que también hicieron su debut los Capital Inicial, con los hermanos Lemos que tocaban junto a Renato en Aborto Eletrico, y Plebe Rude, entre otras. Su continuidad en el tiempo terminó por generar una escena de rock brasileño que logró consolidarse luego de sufrir la histórica mirada despectiva de los adoradores sumisos de la Música Popular Brasileña, quienes no veían al rock como algo propio. Esa mirada fue bien resumida por Rita Lee, ex Os Mutantes, en su canción Ôrra, meu, cuando dice «Roqueiro brasileiro sempre teve cara de bandido».
Erica Ribeiro Magi, en Rock é o nosso trabalho, a Legiao Urbana do underground ao mainstream, se toma el trabajo de marcar una línea de tiempo, que va desde esas primeras incursiones de la música rock en Brasil que fueron disuadidas rápidamente en los años sesentas y setentas (entre esas incursiones, la Jovem Guarda, que tenía entre sus filas al amigable Roberto Carlos) hasta los ochentas, y usa como eje el surgimiento, consolidación y llegada a la masividad de la banda de Renato Russo, Dado Villa-Lobos y Marcelo Bonfá para contar, mediante entrevistas a un buen número de periodistas especializados (Bia Abramo, Arthur Dapieve, Hermano Vianna, etc), cómo el rock brasileño se fue ganando su legitimidad y profesionalización a través de las redes de socialización generadas entre las bandas y las nuevas camadas de periodistas de rock.
Rock and Roll e o nosso trabalho… ayuda a comprender el cambio experimentado por el rock brasileño para ya no ser despreciado por tratarse de un “género importado” y también cuenta el largo camino que transitó este movimiento para consolidarse como una parte importante en la producción cultural de Brasil. Es también una buena excusa para comenzar a incursionar en la historia de Legião Urbana, una banda tan accesible pero tan ignorada en Argentina como el mismísimo idioma portugués.
En Brasil pasa lo mismo acerca del rock argentino y de Argentina en general. Yo mismo solamente conocí el rock argentino luego de encontrar uma versión de «O Tempo não Para», de Cazuza, por el Bersuit Vergabarat.
Es verdad amigo, por suerte en los últimos años, además de las súper conocidas como Ratos, Sepultura, Legiao, Paralamas o Angra, también pudimos escuchar un poco de CPM 22, Beach Combers, etc.
Un saludo y gracias por tu comentario!
Hace una década, era más difícil escuchar «nueva música» más allá de lo que nos ofrecían las estaciones de radio, al menos en mi caso; ahora con internet es más fácil para el oído curioso buscar música… Yo conocí Los Hermanos gracias a un amigo (de orígen geográfico fronterizo con Brasil) y fue una banda que me encantó, desde sus orígenes ska/punk/rock (por tildarlos de alguna manera) con composiciones rápidas y vientos potentes, hasta sus composiciones siguientes de rock melódico y hasta más suaves inclinadas a la MPB en el último disco. Tal es así que traté de seguirles el rastro después de su separación, con los trabajos de solista de Marcelo Camelo y la banda que formó Rodrigo Amarante, Little Joy… Cuando alguien me preguntaba quienes eran les decía «son los que tocan Anna Julia» aunque eso los describa a un 2% de lo que en verdad son.. Saludos! me gustó la pagina!
Gracias! tendremos en cuenta tu recomendación. Abrazo!
Llego tarde, bastante tarde y de casualidad, pero me encantó la nota. Espectacular puesta en contexto.
Cada tanto subo algo de Legiao
http://frodorock.blogspot.com.ar/2017/02/mi-pasion-por-legiao-v-cinco-en-numeros.html
Abrazo!
Gracias amigo, nunca es tarde. Abrazo!!!