Ausentes durante casi 6 meses en el exilio voluntario que dio a luz a Vándalo, Utopians vuelve a ser ‘feliz con casi nada’ en el escenario de La Trastienda. No se apoyan en efectos de luces láser ni escenografía, ni en vestuarios ni en pantallas extravagantes, sino que pueblan las tablas siendo simplemente Utopians y contrarrestando tanta publicidad mainstream y sponsors alemanes. Para los que fueron a escuchar por primera vez a Vándalo, lo oyeron en su mejor versión: en vivo y despojado, sonando crudo y descarnado, y mezclándose entre los éxitos de sus composiciones anteriores.
Como era esperable, los Utopians son todo alegría, sonrisas, energía, juventud, inocencia y baile. Bárbara habla poco pero se comunica mucho con gestos, guiños y no deja de agradecer a su público que se haga presente. Se trata de un público extraño para una banda que suena cada vez más densa, más rockera y guitarrera, apoyada en un bajo bien adelante que por momentos recuerda a lo mejor de The Cure pero con una pizca de bronca a lo Iggy. Muchos chicos y chicas acompañados por familiares adultos, muchas caritas inocentonas que arman un pogo naïve que por momentos parece desencajar pero que no pide permiso. Es verdad que se puede tratar del efecto trastienda: un lugar líndisimo, que suena muy bien y que respeta a rajatabla los horarios y la organización y que es ideal para llevar a una tía a que vea un recital de ‘rock’. Otra vez me ataca la nostalgia y me imagino cómo sonaría Vándalo en Cemento y me entusiasmo cada vez más. No sé si se trata de Desde lejos, con Bárbara un poco sacada y sacándole lustre punk a un tema que en el disco sonaba más country. Quizá sea Fue por vos y su bombo y bajo machacantes o A veces en que la frontgirl se transforma en una Cherry Bomb total. Es todo un disco que en mi cabeza pongo en un CBGBs más sucio, más enojado, más contracultural.
No obstante, no hay reproche para los cuatro Utopians: dan un show completo, que suena excelente y que los muestra cómodos y satisfechos con una labor bien hecha. Ahora seguirán su camino, cometiendo vandalismo en todo escenario que tenga el honor de recibirlos.
MissBoa
Fotos: Dahian Cifuentes
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