«Lo crean o no, realmente nos queríamos el uno al otro», decía Tommy Ramone en 2002, cuando los Ramones, la banda más influyente en toda la historia del rock, era por fin admitida en el Salón de la Fama.
Tommy, nacido en Hungría pero con el carácter forjado en las calles de Forest Hills, no sólo fue el primer baterista del cuarteto que le dio forma a lo que se llamó punk rock, sino que también fue el primer líder intelectual y hermano mayor en un grupo tan disfuncional internamente como compacto y convincente a la hora de mostrarse al mundo.
Esta mañana nos despertamos con la triste noticia de que se fue a causa de un maldito cancer (otra vez el cáncer) y caímos en la cuenta de que ya no queda vivo ningún Ramone de la formación original.
Fue gran responsable de que vieran la luz tres inmensos discos como Ramones, Leave Home y Rocket to Russia. Fue también productor de Too tough to die y fue un defensor a capa y espada de sus compañeros de ruta.
Murió a los 62 años, pero se lo recordará eternamente.
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