René Descartes (pronúnciese con entonación francesa), en sus Meditaciones metafísicas, presenta a la locura como la condición de imposibilidad del pensamiento, el estado que por definición es contrario a la razón. No puedo estar loco si me pregunto si estoy loco, porque sería una extravagancia. En resumen, René no le da el beneficio de la duda a la locura.
El loco y la camisa muestra esta concepción a priori de la locura que se encarna en la familia de un loco cuya identidad singular no tiene cabida en el mundo en el que sueño y error comparten un estatus de normalidad. Esto quiere decir que uno puede equivocarse o quedarse dormido y todavía ser una persona común y corriente pero no puede estar loco y dudar de si lo está y pretender ser ‘normal’ y participar de conversaciones de adultos. Beto, el loco, es la variable de error de una ecuación que, sin él, explotaría. Esta familia del conurbano sur, clase media en dirección sur y estructura tradicional de padre autoritario, madre sumisa, hija de 30 canchera y con proyecto de mudarse con el novio a zona norte e hijo de 24 años no tradicional, se verá confrontada con aquello mismo que está tratando de esconder.
El día que María Pía va a presentarle su novio a sus padres, quiere que todo salga perfecto y, para esto, trata de camuflarse y maquillar todos sus singulares trazos de pertenencia y personalidad para que su ‘peor es nada’ no se dé cuenta de que es una ‘grasa’. En realidad los tres personajes (mamá, papá e hija) están armando un relato de ficción para esconder su realidad. Pero tanta irracionalidad no puede escapar de las fauces de la locura que todo lo devora cuando se la arrincona.
Beto, el vengador enmascarado, es un superhéroe chiflado que hace más por su familia de lo que su familia está dispuesta a reconocerle. Mayormente entre risas, por momentos risas incómodas de situaciones insostenibles que pretenden pasar desapercibidas, la locura de Beto y una camisa, son evidencia suficiente como para reconocer que Descartes estaba equivocadísimo. La locura ve lo que es y es lo que ve y, por eso, es un estado de extrema lucidez.
No hace falta aclarar que El loco y la camisa es una obra muy recomendable. El trabajo del Banfield Teatro Ensamble, esto es, el de su director Nelson Valente y las actuaciones impecables de todo el elenco hacen de esta obra otra joyita de la cartelera de Buenos Aires. No por nada es su 6º temporada y estrenan en nueva casa.
El loco y la camisa está en el Teatro Picadero (Pasaje Santos Discépolo 1857 – es una cortada que sale de Av. Corrientes y Riobamba) los Miércoles a las 20:30 h o Viernes y Sábados a las 22:30 h. Hay buenos 2×1 que podés pedir en su muro de Facebook.
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