Jauría, Pil y Stuka salieron al rescate del punk [review]

pintoQuien intentara clasificar los diferentes subgéneros dentro del punk, se volvería loco o le pifiaría bastante. O ambas cosas. La que aquí escribe ha tenido más de un dolor de cabeza por andar etiquetando a la ligera, así que aprendió a ampliar horizontes y a usar categorías sólo cuando es necesario o evidente. Porque no me van a negar que algunos estilos son evidentemente punkys. Así que siempre es más difícil decir “esto no es” que “esto es” punk.

Todo esto pasaba por mi cabeza mientras escuchaba a Los Mentirosos, banda que abrió el Vorterix Punk. Y más todavía cuando, llegando al final de su presentación, invitaron a Diego Rodríguez, bajista de Los Gardelitos, para tocar El guardián. Bueno, en las melodías la base punk está, y si a eso se le agrega el término “rock”, que es bastante abarcativo, listo, no se les puede objetar nada. De todas maneras, si uno entra a su Facebook oficial, verá que definen su música como “rock melodramático”. Me gusta mucho más esa categoría, es tan particular como su sonido…

Mientras tanto, el público, en el que se mezclaban veinteañeros con la remera de Jauría con cincuentones a los que ya no les importaba mucho explicar estéticamente qué hacían ahí, daba la idea de que lo ecléctico no sólo pasaba por los acordes.

Eso sí, ya cuando entró en acción Stuka y los Fusers las dudas se despejaron y las etiquetas se hicieron más nítidas. A las 20.20 nadie podía dudar de que eso era un festipunk, y mucho menos cuando después de unas tonadas con un aire ska de buen tino como Entre vos y yo, todos al unísono empezaron a gritar junto a StukaNada ni nadie nos puede doblegar. Somos el momento y este es el lugar”. Eso daba una idea de cuál iba a ser el eje de la noche: Los Violadores. Ya para el final de la (lamentablemente) breve presentación se subió Pil para interpretar el icónico Uno, dos, ultraviolento. “Falta Campino y estamos todos”, oí decir. ¡Cuánta razón!

El telón se cerró pero los viejos amigos se resistieron. No entendí mucho lo que decían entre gritos y risas, pero de repente apareció Juan Carlos Kreimer, el autor de Punk, la muerte joven, cuya reedición aumentada se vendía en la feria (dicho sea de paso, el que pueda leerlo, ¡que lo lea!). Tras una breve charla sobre historia, arengó al público que lo escuchaba con respeto y aplaudía con furor: “El sistema siempre los va a cagar. Nosotros somos la resistencia”. Y así, dejando los ánimos inflamados, se bajó del escenario para ver el resto del show junto a los demás.

Le llegó el turno a Pil y los Violadores de la ley a eso de las 21.15. “Música ardorosa para gente revoltosa” en vivo y en directo, seguida de Más allá del bien y el mal: si eso no es punk, señoras y señores, ¿qué lo es? Aunque presentaron canciones más nuevas como Nonsanto, o el cover de The ClashI Fought the Law, las que más agitaron fueron las que todos esperaban, las que todos sabían, como La era del Corregidor, Sin ataduras, Viva la revolución o Represión, con la que cerraron. Para quienes todavía no entienden por qué no se vuelven a juntar, Pil, por las dudas aclaró: “por una cuestión de horarios”.

Jauría arrancó a pleno con la tríada El tren, Marcha imperial y  Guerra de las galaxias. Le siguieron de las nuevas, entre otras, Lanzallamas, No pertenecemos, Puente más allá de lo vivido, con tres covers mechados de Attaque 77 (Onírico, Consejos del abuelo y Espadas y serpientes), uno de Pappo (Adónde está la libertad) y el de Dragon Ball que ya no cuenta como cover. Hace un tiempo que no los veía y tengo que admitir que están más punkys que nunca. Sin embargo mucha gente, que claramente había ido por Los Violadores (que no tocaron… pero sí) empezó a irse. Una pena, porque realmente Jauría está en su mejor momento. Una pena por ellos, porque no sólo se perdieron un muy buen show, sino también la fiesta final con todos en el escenario volviendo a cantar Represión.

Antes de terminar, Ciro se encargó de recordar a otras bandas de los escenarios locales igual de míticas: Superuva, Flema, 2 Minutos… Claro que faltaron, pero no había tiempo para todas (esta vez). Aun así, la verdad es que cuando se tienen a mano esas joyitas como Pil, Stuka y Ciro, hay que aprovecharlas. Por suerte estuvimos ahí.

Cronista: Yoapocap

Foto: gentileza Iván Pinto PH

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