Comenzaban los ‘90 y el Vala, Edu y Gabriel, que ya venían despotricando contra el sistema, decidieron que era buen momento para hacer públicas sus quejas, así que dieron a luz a Cadena Perpetua. 25 años después (reemplazo de Gabi por el Chino mediante), los encontramos así, denunciando lo que no va bien en nuestra sociedad, valorando lo que sí vale la pena, cantándole al amor y al desamor… pero no en un sótano de mala muerte (uno de esos sótanos que extrañamos con nostalgia e inconsciencia), sino en el Luna Park. Nada más ni nada menos.
El domingo 15 de noviembre, alrededor de las 19 hs, adentro de uno de los lugares emblemáticos de la Capital Federal, comenzaba a gestarse un show: del debate Scioli-Macri en la Facultad de Derecho de la UBA. Policías por todas partes, calles cortadas, banderas partidarias. A esa misma hora, no muy lejos de ahí, sin patrullas ni despliegue televisivo, Mal Pasar tocaba los primeros acordes de lo que sería una fiesta increíble. Superuva y Loquero, con brevísimas presentaciones, de esas que te dejan con ganas de más, siguieron el ritmo candente, haciendo el aguante hasta que el estadio se llenara. El país miraba la TV y nosotros, los cadeneros, estábamos en el Luna o en nuestras casas con la Rock and Pop encendida, ansiosos por escuchar la voz y la viola del Vala, la bata del Chino y el bajo de Edu en “el épico final” del 25 años Tour, mega gira a la que le dedicaron prácticamente todo el 2015.
Con el Luna hasta las manos, pasadas las 21, justo cuando la hinchada cadenera ya no sabía cómo hacer para que los globos omnipresentes dejaran de explotarse, se apagaron las luces y finalmente los Cadena hicieron la entrada triunfal (musicalizada por una grabación y todo). Y para arrancar eligieron un hit de Largas noches: Si me ves. Toda la potencia, toda la alegría, todos los papelitos cortados que nos estábamos guardando en los bolsillos estallaron.
El repertorio que eligieron para hacer un repaso por sus ocho discos de estudio fue bastante balanceado, y pudimos disfrutar de todo un poco: de esos temas rápidos y duros de la adolescencia punky como Luisito, Milagros y mentiras o No quiero flores; de esos que nos recuerdan a alguien especial, como Culpables, Te acordarás de mí o 3 Historias, de esos más nuevos que están en Armas y Opio que todavía algunos no terminan de aprenderse, como Sórdido o Everybody Knows, el cover de Leonard Cohen (vamos gente, ¡pilas, que ya los vienen tocando hace rato!). Pero los que más se gritaron, los que más agitaron todos los ánimos, fueron esos temas que acusan algunos de nuestros tantos y más propios males, como Nn un jubilado, Cerrar la historia, Vivirías o Delincuentes.
Y así, mientras en Recoleta se andaban con chicanas y rodeos, en el bajo los Cadena fueron muy directos. Sin generar tensiones incómodas e innecesarias, el Vala sólo pidió que, gane quien gane las elecciones, le hagamos entender que trabaja para nosotros y siguió tocando: “Hoy nos quieren atrapar con la ilusión, hoy recitarán los discursos que conmueven… El futuro presidente se hace amigo de la gente y reparte bendiciones bajo el sol…”.
A diferencia de lo que otras bandas acostumbran a hacer cuando festejan cumpleaños, en este show no hubo invitados especiales (más allá del trío de vientos que siempre aparece), sino que de alguna manera se ocuparon de hacer que el público ocupara ese lugar de privilegio. De hecho, lo dijeron, esa fiesta era de todos y no sólo de ellos. Esto, claro, se reafirmó con la ya tradicional muestra de banderas cadeneras que llevó varios minutos pero que sin dudas valió la pena.
Agradecidos, emocionados, ellos y nosotros, nos fuimos cantando Sigo acá para reconfirmar lo que ya sabemos: que el punk sigue vigente, que Cadena tiene muchos años más por delante, y que nosotros seguiremos acá, allá o a donde sea que ellos vayan.
Cronista: Yoapocap
Fotos: Dahian Cifuentes
buen post, el primer baterista fue el cala, gabriel rios entro despues y despues el chino
Gracias por la data, Carlos!