Sergio Ch vuelve a indicar un camino posible, esta vez hacia el interior [review]

Te das cuenta de lo viejo que estás cuando te parece terrible que tu banda toque a las 2:30. Pero es como dicen, supongo, las cosas interesantes pasan de noche. Pisé la esquina de Corrientes y Julián Alvarez a las 12:30, y entré al Club V justo para los primeros acordes de Bestiario, banda cortazariana que abría la noche.

Es interesante apreciar cómo el conjunto de las tres bandas que tocaron -incluyendo a Sergio Ch bajo el rótulo algo impreciso de “banda”- pueden verse como en una especie de progresión, la historia de una banda cualquiera en tres actos. En este sentido, Bestiario es el momento de la juventud, de la potencialidad pura. Ellos mismos parecen muy jóvenes, también, pero no es esto lo que quiero decir. Me refiero al carácter de su música. Sonaba como las primeras manifestaciones de algo que todavía no ha alcanzado su forma definitiva, prometedor en direcciones distintas, a veces contradictorias. Especialmente interesante fue el hecho de que no le tuvieran miedo a los sonidos limpios, algo que parece ajeno a la ortodoxia stoner. Usaron este recurso al principio, en temas que parecían estar a medio camino entre el stoner y el post rock. Melodías mínimas que apelaban a la repetición para construir una estructura -en vez de, por ejemplo, la diversidad armónica-. Será interesante verlos nuevamente, en el futuro.

Pero antes del futuro está el ahora. Poveglia dice lo que quiere decir del modo en que quiere decirlo. Y elige decirlo del modo más brutal posible. Sin embargo, es una brutalidad precisa, calculada. Riffs pesados que remiten al doom abren paso a rítmicas trasheras al palo. Solos de rock duro en estructuras armónicas cuidadas más bien alternativas. Tienen de todo. Incluso el juego entre las dos voces -bajista y violero se pasan la pelota vocal y triangulan con gran criterio, haciendo del juego del policía bueno/policía malo un arte -perdón amigos, por la metáfora policíaca-. Entre temas “viejitos” -según declaran- se pasean por su nuevo disco Yersinia Pestis (2015), que por cierto está buenísimo. Un verdadero hallazgo para mí. Todo remite a la locura y la muerte. Pero parece que les sienta bien.

Apenas pasadas las dos y media, sube al escenario el Padrino del stoner local. Pero ahora ha vuelto a cambiar de piel. Luego de inventar la movida con Los Natas y de explorar los paisajes más enajenados con el psicodoom de Ararat, Sergio Chotsourian ahora parece haberle dado toda la vuelta al círculo, y puede pararse solo, con una SG apenas sucia y su voz. Visto en perspectiva, parece ser el camino de alguien que ha ido removiendo una a una las capas de bardo y llega finalmente a la simplicidad. Todo lo que toca parece estar ya de alguna manera en sus otras versiones: los climas apoyados en tonos menores, cierta solemnidad grave y un poco melancólica, las armonías más bien directas. “Viene del desierto, trae mucha arena”, cantaba hace ya muchos años. A eso remiten sus canciones. Enormes extensiones vacías, arena, viento. Es la banda de sonido de un viaje interno por el desierto. Arrancó jugando un poco con la melodía de El Cono del Encono y mezcló temas de su disco en solitario (1974) con versiones despojadas de clásicos nateros.

¿Me gustó lo que escuché? No. Ni siquiera pienso que el “gusto” tenga alguna importancia para lo que hace Chotsourian. Es de esas cosas para las cuales tenés que poner algo de vos. Es una cuestión de apreciación, de reflexión emocional. Puede ser que podamos hablar de «gusto» en este sentido, pero más que agradarte, apela a algo más profundo que lo que encontramos habitualmente. Quizá ese era el secreto de Los Natas. En el fondo, los huracanes rítmicos y las nubes de distorsión eran la parte inicial de una parábola ejemplar acerca de un camino personal. Con su último disco el gran Chotsourian vuelve a indicar un camino posible, una posibilidad nueva para el mundo musical que ayudó a crear y popularizar. Esta vez, hacia el interior. Y eso es bueno.

Fucked up bonus: Satta Caveira

Linda fecha la del Festi Void, pero parece que este cronista la embarró otra vez. Un detalle menor, una pavada. Ni vale la pena mencionarlo. Solo olvidé reseñar la banda que cerró el show -y lo organizó- (ups). Ahora en serio, la autenticidad no vale solo para las bandas. Creo que me convencí a mi mismo de que la fecha cerraba con Sergio Ch. Tan extraño como pueda parecer, a veces me invento cosas y después las creo. Así que no, no fue así. Satta Caveira merece mis disculpas. Junto con ellas, les ofrezco la próxima el sagrado elixir cervezal en prenda de buena voluntad. Pude escuchar algunos temas en su Bandcamp, y solo lamento no haberlo hecho en vivo. Shit happens.

Luis Barone

Fotos: PH Sombra

Comments

  1. Bajón que no escuchaste Satta Caveira,porque esa noche,tocaron 4 bandas,bueno 3 y Sergio Ch.

  2. Aclarado en el texto amigos. La próxima estamos. Disculpas. Abrazo!

  3. satta lo mejor de la fecha!!

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