El tiempo pasa, nos vamos poniendo cada vez más grandes pero no por eso cambiamos nuestros gustos. Por eso celebramos una reunión a sala llena como la del Rotten City una fría noche de otoño en la calle Niceto Vega.
Hubo mudanza casi de último momento. Pudo haber sido en Flores, pero finalmente es en Palermo. Hubiese tenido el mismo efecto, el mismo final y la misma satisfacción garantizada desde el vamos, tanto para organizadores, músicos y público, ya que juntar en una misma noche a Bandera De Niebla, Motosierra y Ratos de Porao, más los shows de apertura de Altar y Undermine, no puede fallar, y no falló.
La cosa había arrancado desde temprano, pero el local comenzó a tomar forma definitiva a eso de las siete y media de la tarde, ya noche obvio, cuando Adrián Outeda y compañía tomaron por asalto el escenario para ofrecer ese aire fresco para el hardcore y la escena en general que es Bandera de Niebla. Prolijos, enérgicos y contundentes, así suenan presentando su disco Panel Optico. Y por supuesto que dejan con ganas de más. Al rato aparecen los Motosierra, que desde Uruguay nos traen uno de los últimos ejemplos de lo que debería representar una banda de rock. Son crudos, dejan todo, le ponen el cuerpo a la causa y por ende parecen quedar exhaustos, inservibles y necesitados de un mes en Bahamas para recuperarse, pero avisan que a las dos de la mañana tocarán en Detroit de Morón y ya dan la pauta de que se irán a dormir recién cuando el sol ya esté bastante alto.
El cierre está a cargo de Ratos de Porao, que gira recreando Anarkophobia de principio a fin festejando los 25 años de su lanzamiento. La excusa no suena a refrito, porque inmediatamente ofrecen temas nuevos y la pauta de que no frenarán en esa larga continuidad de permanencia que es su carrera musical. No se sienten una banda del pasado, todo lo contrario. Se sienten vigentes y necesarios para las problemáticas actuales, las que vienen encarando y denunciando desde hace 35 años. No recrean hits, reafirman ideas. Y ahí está su poderío que va mucho más allá de su ya furiosa y original propuesta musical.
Lo de siempre se renueva, lo viejo se recicla y se hace novedoso. Tenerlos en frente es una experiencia casi religiosa. Y en esa experiencia pasan Anarkophobia, Igreja Universal, Commando, de Ramones, y completan con otros grandes clásicos como Aids, pop, repressao y Crucificados pelo sistema.
Gordo se mantiene en la misma tónica: mete un tema y un sorbo de birra; Jao sacude su Les Paul como si no hubiera mañana, Juninho castiga a su Rickenbacker mientras pega saltos dignos de un atleta olímpico y Boka no pierde nunca ni la consistencia y ni la velocidad de sus golpes. Así, el combo hardcore/punk/metal más importante del continente sigue vigente y convocante, prueba de ello fue el cartelito de sold out que se pudo ver en la puerta del Roxy.
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