Suicidal Tendencies: la frenética danza del old school hardcore [review]

La entrada al Teatro Vorterix anticipó la postal de la noche. La escena de una congregación atestada intentando conseguir entradas en la taquilla mientras se apresuraba a quienes bebían afuera para que ingresaran ante la inminente presentación de los Suicidal Tendencies ya medía la temperatura de una de las mejores fechas en lo que va del año.

Adentro, con la campera afuera y birra en mano, llegar hasta el frente del escenario fue una tarea complicada. Casi por un acto de inercia el centro del teatro ya le daba forma y espacio a la licuadora, que en medio de mucha tinta en la piel se encargaron de mantener con vida los fieles de esta banda referente del old school hardcore californiano.

Como lo vienen haciendo ya hace algún tiempo, los ST abrieron con You Can´t Bring Me Down y estalló el frenesí del mosh, alentado por Mike Muir y sus espásticos movimientos.

Fue así como los cuerpos comenzaron a volar. Aprovechando la cantidad de gente al frente el mosh pit continuaba mientras los más animados surfeaban sobre los demás, siendo recibidos por los patovicas al frente y volviendo sin pudor para hacerlo de nuevo. Es ya una escena repetida de un show que no defrauda: esta vez, además, Dave Lombardo -ex batería de Slayer– acompañó a la banda, que lleva más de tres décadas y se suma así a otras de la misma época, con múltiples cambios en su formación.

Sin parar, de un lado al otro del escenario, se movieron Cyco Myco -y su mítica bandana- y el bajista Ra Díaz, que imprimió el groove funky característico de ST en más de una oportunidad. ¿Y los temas? Casi todos los más emblemáticos: I Saw Your Mommy, Cyco Vision, War Inside My Head, Institutionalized, Freedumb, Subliminal, Possessed To Skate…

Con la invitación de Muir algunas chicas se subieron al escenario -un par de colados también-, y tras un par de temas, los coros a todo pulmón del público argentino y su canto, los ST se concedieron un brake, que terminó con Ra Díaz planteando un dilema: “¡Tenemos un problema! Queremos seguir tocando para ustedes…pero Dave se quedó sin palitos…¡Necesitamos dos!”.

A modo de souvenir, quienes subieron al stage se llevaron las baquetas de Lombardo, a quien amablemente le fueron devueltas dos -ni una más-, para poder terminar el recital al coro de “¡ST, ST,!”.  Dos fechas más esperaban a los Suicidal en Sudamérica tras una intensa y corta gira, que terminó en Bogotá ante miles de personas en el festival Rock al Parque. No sabemos cuándo nos visitarán de nuevo, pero seguro los que se quedaron afuera esta vez, anticiparán para la próxima su llegada.

Texto y fotos: Andrés Carrizosa

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