No lo tenían planeado así, pero sucedió. Todos nuestros átomos, el disco que hoy todo el mundo escucha y comenta, no fue pensado para convertirse en algo exitoso y masivo, pero la respuesta positiva que ha tenido en poco tiempo los sorprende, los entusiasma y les da confianza para relanzarse como una de las bandas más interesantes del rock actual, no sólo por la calidad de su obra, que es indudable más allá de los gustos, sino también por la forma en que se han reconfigurado como banda. Pasada la etapa de frenético ascenso, se han tomado ese necesario minuto para reflexionar sobre su futuro y salieron fortalecidos, conscientes del lugar que ocupan y de lo que pretenden para sus vidas. Los Utopians no tienen plan B, pero sí un anhelo de satisfacción que tenga que ver con ir paso a paso y seguir siendo quienes son, más allá de lo bueno o lo malo que se pueda decir de ellos.
En tiempos de varios cambios tanto dentro como fuera de la banda, nadie mejor que Bárbara Recanati y su lucidez para explicarlos. La cantante de Utopians, con embarazo a cuestas y un orgullo enorme por el nuevo disco, habló un buen rato con Brandy con Caramelos y dio algunas claves sobre cómo sobrellevar los cambios sin morir en el intento. «Las cosas empezaron a salir mejor cuando cambiamos la perspectiva y empezamos a disfrutar las cosas que teníamos al lado y no disfrutábamos», reconoció Barbi en la misma charla en que aseguró que acaban de sacar el mejor disco de sus vidas.
-¿Te gusta escuchar lo que hacés?
-Ahora sí, porque es nuevo y porque estoy muy chocha con este disco, pero me pasó de estar en una radio y estaban pasando el disco pero entre tema y tema ponían de cortina Nada bueno, del disco anterior, y ¡me tuve que sacar los auriculares! Son canciones que me encanta tocarlas en vivo y las tengo muy familiarizadas para eso, pero disfruto mucho el nuevo disco porque está muy fresco y porque todavía lo estoy descubriendo.
-¿Ya rankeaste los discos de Utopians? ¿En qué lugar ponés a Todos nuestros átomos?
-Este para mí es el mejor, lejos, pero creo que siempre que salga un disco nuevo voy a pensar lo mismo. Si tengo que rankear los discos, este es mucho mejor que los demás.
-Lo largaron gratis por Spotify el mismo día que lo sacaban en formato físico ¿cómo fue esa decisión?
-La verdad es que lo maneja así la discográfica con la que estamos, pero es relativo lo de gratis…muchas personas me dicen “lo tengo que escuchar en aleatorio y con la publicidad” y yo los miro y les digo “¿vos no pagás los 36 pesos por mes?”. A mi Spotify me encanta, me salva y es sagrado, mirá que yo colecciono vinilos y CDs eh, pero yo lo pago y soy re premium, ¡y si me lo aumentan lo pago también! Es buenísimo, y no sigo hablando porque no me pagan. Ja! Digo, si vos tenés ganas de tener el disco lo vas a comprar. La idea es que la gente escuche el disco y se difunda. Yo creo que la idea de que un disco se va a vender más o menos porque se escuche o no online es una tontería, porque si el disco está en una disquería es una cuestión de minutos para que esté en Youtube o en Taringa. Entonces me parece que nuestra discográfica hizo bien.
-¿Qué harían si un día llega la discográfica y les dice que el disco físico no va más y que deben seguir en formato online?
-Yo creo que editaríamos igual, tal vez no al ritmo que queremos, tal vez un año más tarde de salir online, porque es caro, pero yo lo sacaría igual. Y si tuviese la posibilidad económica los haría en vinilo también, no tendría ningún problema. Sé que en algún momento lo vamos a hacer, sobre todo los últimos dos discos, que fueron grabados de una manera más analógica, de vinilo. No tendría drama en financiarlos yo si pudiera.
-Están experimentando muchos cambios últimamente, de integrantes, de estudios, cambios a nivel personal…¿Qué aprendieron y que vislumbran para el futuro de la banda?
-La verdad es que aprendés a ir muy paso a paso con esto. No sé cómo explicarlo, pero hace mucho tiempo que estamos en esto y tuvimos muchos sube y baja emocionales hasta llegar a la instancia de Todos nuestros átomos preparados para todo. Tuvimos que replantearnos si estábamos dispuestos seriamente a dedicarnos a esto el resto de nuestras vidas, aun sabiendo que no había más que esto, y todos estuvimos de acuerdo. Muchas veces en la música hay una fantasía de que vos estás yendo atrás de una zanahoria. Y en un momento nos miramos y dijimos “si es esto, estamos bien, y sabemos que lo vamos a disfrutar a pleno”. Y a este disco lo hicimos despojados de todo eso y sabiendo que si no le gustaba a nadie estaba todo bien. Ya hicimos discos que gustaban y otros que no, y nadie muere, a lo sumo se va un integrante, pero nadie muere. Entonces decís “está todo bien y va a estar todo bien”. Y de repente sacamos este disco y nos encontramos con que con cada persona que nos cruzamos nos dice “lo escuché doce veces, no paro de escucharlo”. No nos pasó ni con Vándalo ni con Trastornados. Estamos alucinados porque este disco no fue pensado para ser un éxito, sino que fue un vomito de lo que teníamos adentro.
“Nosotros siempre fuimos muy malcriados a nivel prensa, siempre se nos apreció un montón a nivel críticas y es como que no podemos decir nada de eso. El público fue muy escalonado en nuestra vida. Hemos hecho presentaciones para 90 personas, para 100, para 500, 600 y siempre así. Nunca hemos hecho una presentación para tres mil personas y, sin embargo, la prensa siempre habló muy bien de nosotros. Me acuerdo de cuando sacamos el primer disco y Roque Casciero, periodista súper respetado, hizo una crítica que decía que “en un mundo mejor, este tema podría ser de los Yeah, Yeah Yeahs” ¡Yo le había hecho llegar el disco en un sobre de papel madera!”.
-Masivamente se valora un criterio de cuánto llenás y esas cosas, pero a muchas bandas les pasó de saltar a la masividad y pasar a ser una cagada ¿Hay un cuidado a tener con eso?
-Es difícil para las bandas que se encuentran con eso muy rápido. Le pasó a Soda Stereo, que pasaron del anonimato a llenar estadios en poco tiempo…
-Pero no perdieron calidad…
-Sí, pero humanamente casi se matan entre ellos…y tal vez voy a ser un poco ofensiva, pero todo dependía de Cerati. Entonces se rompe por lo humano y no lo pueden sostener, se tienen que separar. A los Tan Biónica les pasó, que los pibes eran re talentosos y estaban yendo a un lugar y de repente hubo ahí una cosa de fama, quilombo y terminaron unos por un lado y el líder por el otro. En cuanto a nosotros, hubo un momento en que yo confesé a personas muy allegadas que me daba mucho miedo el camino que estábamos llevando, sentía que era muy fácil y siento que cuando dije eso hubo un ser superior que me dijo “¿A sí?”. Pasamos de un barcito a La Trastienda, salíamos en todos lados, en todas las revistas, en escenarios principales en festivales. A nosotros nos pasaba de verdad, no estábamos acomodados. Y yo dije “esto se va a la goma, esto no para, sube, sube y sube…” y dije, “no entiendo, a los Doors el público se les iba del bar. Y todas las bandas que me gustaban y habían logrado algo la habían pasado muy mal en algún momento y nosotros no”. Y siento que a partir de ese momento la vida nos empezó a poner un montón de pruebas. De repente, tocábamos en un lugar donde un día llenábamos y al otro día no iba nadie. En un lugar estábamos cerrando y al otro día estábamos abriendo. Humanamente estábamos todos bien pero de repente había un integrante que estaba cansado de girar y de ensayar. De repente sacábamos un disco como Vándalo que nos parecía insuperable y venía un chico que había escuchado todos los discos y te decía “esto me parece horrible”. Y nos empezaron a pasar las cosas que uno realmente tiene que tolerar para salir adelante. Parece una boludez, pero son las cosas que te destruyen la banda y el ego. Al ego lo podés dejar de lado y ahí es donde las cosas empiezan a salir mejor. Y las cosas empezaron a salir mejor cuando cambiamos la perspectiva y empezamos a disfrutar las cosas que teníamos al lado y no disfrutábamos.
-Respecto del sexismo en el rock, ¿pensás que el hecho de que seas líder de una banda siendo mujer influye positiva o negativamente?
-Creo que en este momento es positiva la influencia. Creo que en los últimos años ser mujer en el rock es como una moda. Entonces si hacés algo bien siendo hombre no pasa nada, pero si sos mujer dicen “mirá, ¡y encima es mujer!”. Es horrible, pero si me preguntás, a nivel marketing creo que es positivo. Todo el tiempo te conectan con bandas y les digo “amigo, lo único que tengo común con esa banda es que tengo tetas”. Con Marilina Bertoldi, Eruca Sativa o Cirse no tenemos nada que ver. Nosotros somos una banda de rock pseudo stone ramonero y no tenemos nada que ver. Obviamente me divierte que me linkeen con ellas porque les tengo aprecio, pero no hacemos el mismo rock. Existe el sexismo en ese sentido, pero las cosas que yo pueda a llegar a sufrir en ese nivel no tienen que ver con lo musical o profesional. Hoy, en 2016, no sufro. Hace ocho años, sí.
-Era esencial poner el tema del sexismo en la mesa. Lo has hecho en una columna y en declaraciones radiales, donde dijiste lo que sentías sobre el tema…
-Yo creo que hay miedo y nadie quiere ser juzgado o que nadie hable de ellos al respecto. Tal vez dice “si yo opino esto y tengo un público medio machista ¿qué van a opinar?”. Cuando pasó lo de La Ola que quería ser chau algunas amigas me decían “hay que ver cómo es el tema detrás, las internas”. Y eso es miedo, miedo a emitir una opinión y que después te juzguen. A los hombres les pasa lo mismo, no quieren opinar por miedo a que les aparezca un trapito, porque ni se acuerdan qué hicieron en su vida. Una vez un amigo me dijo que tocó un culo en un boliche, y me dio ganas de abrazarlo.
-¿Qué lugar tiene el rock hoy para visibilizar estas cuestiones? Nosotros preferiríamos un poco más de panfleto para estos tiempos que se viven…
-Yo creo que es como un ciclo. No tiene nada que ver con la política, pero yo siempre digo que lo positivo de Macri es que durante 12 años el rock estuvo muy amigado con la política ¡y era re aburrido! Ahora por lo menos salen a putear y es más divertido. La realidad es que el rock se volvió comercial y se puso de moda y la razón principal por la que la mayoría de los músicos hacen rock es para ganar plata, con la ilusión de algún día ser tapa de una revista. Es la verdad. Son pocos los que lo hacen porque tienen ganas de hacer música, y los que protestaban en su momento fue un accidente que hayan sido masivos. Y hay un montón de bandas politizadas, de hardcore por ejemplo, pero no suenan en nuestro entorno. Me parece que estamos más cerca de pedirle eso a la cumbia que al rock. Tal vez el rock vuelva a ser lo que era, aunque es muy difícil que hoy un rockero sea contestatario o vaya contra esto o contra lo otro cuando el rock está amigado con el sistema, con el capitalismo. Siento que todo va mutando y, si me preguntás a mí, el más rockero de todos es Pablo Lezcano. Es cíclico y lo mejor que le puede pasar al rock es pasar de moda y que nos muramos de hambre, y creo que es lo que está pasando y va a seguir pasando. Va a dejar de importar salir en la tele y en la radio y las canciones van a pasar a tener un significado real.
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