¡Pendejo!, la canción stoner y el sueño latinoamericano [review]

Un arresto de miércoles por la noche o, mejor dicho, de madrugada de jueves, para darle precisión a la cosa. La espera es larga, claro, pero hay maneras de amenizarla, como comprar alguno o los dos discos de la banda que hoy nos visita. Hay buenos precios, se paga y se agradece la oportunidad. La cerveza también, con viento y una moneda a favor, está al alcance.

Se percibe que es una noche especial. No está abarrotado el Uniclub, pero entre los presentes, que son varios, hay miradas cómplices porque algo muy bueno está por suceder. Y eso comienza a confirmarse cuando Montañas y Banda de la Muerte, estos últimos, amigos y compañeros de varias aventuras de El Pastuso y sus secuaces, dejan el escenario bien caliente, cosa que nadie se atreva a subestimarlo. No es el caso de ¡Pendejo!, que a las 00.30, un ratito después de lo pactado, salen a disfrutar y hacer disfrutar, a entregar una música que es potente pero accesible. No hace falta ser una banda pop para eso.

Stoner rock holandés cantado en español y con una trompeta que le da más fuerza aun a lo que ya es salvaje. Nada puede fallar. Mientras la botella de Jameson comienza a bajar, El Pastuso le va dando forma a la noche más esperada del año por ellos y por las huestes locales del stoner. Buenos Aires ya es una parada obligada para los de afuera y un semillero importante de bandas argentas. De ahí que el intercambio siga fluyendo y que en el Abasto se vean los mejores shows de la cartelera rockera de esta bendita ciudad.

Los ¡Pendejo! quieren hacerse fuertes en Latinoamérica, ese es su sueño, y van por ello, por eso no pierden tiempo en el escenario, no hay vueltas. Emulan a los Ramones en eso de dar todo y rápido, porque no es cuestión de hacerse esperar. Hay un público delante que está ahí por ellos. Lo saben muy bien.

Arrancan con su Greatest Hits no forzado. Flotadores y ¡Dos! son parte del saludo inicial. Amor y pereza y Camarón representan el núcleo fuerte del show y lo terminan de rematar con La Chica, Arrecho vengo y Comunicado, antes de tomarse una breve pausa y recordar ese verídico Verano del 96. El bajo no puede sonar más espeso, la guitarra es una fábrica de graves y la batería empuja con la fuerza de un pilar neozelandés.

«Ha nacido la canción Stoner», sentencia el gran Maxi Martina mientras acerca un trago de birra. Sí, porque ¡Pendejo! cuenta con recursos variados y los utiliza bien, consolidando temas que pegan fuerte y que pueden llegar a ser cantados inclusive en la ducha.

Alejandro Panfil

Fotos: Sergio Castro Peña

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