Es la primera noche en que el demorado otoño pretende ponerle los puntos al 2017. No lo logrará, ya que la Buenos Aires tropical todavía tiene varias semanas por delante. Pero no es el frío de afuera lo que hace que desde muy temprano Niceto ya esté repleto. De ninguna manera el clima tiene algo que ver con lo que sucede frente al escenario ¡Nada de eso, hombre! La expectativa es enorme por ver a The Muffs y definitivamente queda comprobado que hay día después del muy esperado paso de Rancid por estas tierras.
Es así. Cuando parecía que no había más por ver ni cuentas que saldar, es tiempo de que The Muffs salde la suya y dé un show como pocos pueden dar. Ahí, arriba del escenario, Kim Shattuck, Ronnie Barnett y Roy McDonald salen a dejar todo, con el gran objetivo de que no les quede nada, por más que las marcas de sus cuerpos les avisen que ya tienen arriba de cincuenta años cada uno. “Mañana vemos”, se habrán dicho estos punks de ayer y de hoy en camarines.
The Muffs, la banda que mejor comprende la mezcla entre el punk y la melodía en todo el planeta tierra y que tiene sus orígenes allá por 1991, calma la sed sin necesidad de bebida, es la figurita que completa el álbum luego de comprar 20 paquetes con todas repetidas, es el sueldo extra que jamás tendremos. The Muffs es, en definitiva, una banda irresistible que por fin está con nosotros y que, por cierto, no querríamos que nunca termine su corto y contundente show que comienza con Nothing, Lucky guy y On and on casi sin respirar en el medio.
Kim la está pasando bien y todo muy lindo, pero no hace nada a pedido. Hace su trabajo, el de ser punk, y le sale de la mejor manera, como cuando le tiran una mini bandera argentina y se la pasa por sus partes íntimas. Ronnie Barnett, vestido como si perteneciera a alguna fraternidad universitaria y tuviera el mejor promedio, sacude el bajo que por momentos está a la altura de sus rodillas mientras lanza miradas cómplices con Roy McDonald, quien martilla los tachos como si fuera el último de sus días.
Mientras la lista avanza y Niceto es fiebre de viernes de otoño por la noche, se despachan con otras perlas a toda velocidad como Weird boy next door y la bella Sad tomorrow, para casi en un suspiro llegar al final con Won’t come out to play y Saying goodbye.
Se va The Muffs para seguir su rumbo por los escenarios del mundo mientras en Buenos Aires quedan retumbando sus melodías hasta un nuevo encuentro.
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