Attaque 77: la banda que sigue robando el corazón 30 años después [review]

“¿A ustedes les parece que nosotros estamos robando?”, pregunta Mariano Martínez en un alto del show. Parece enojado, pero no, aplica su particular sentido del humor para dejar en ridículo a los que, desde un teclado y seguramente bajo algún seudónimo, pusieron en duda en las redes sociales, una vez más, la labor de Attaque 77, a propósito del anuncio de una serie de conciertos en recintos pequeños para festejar los 30 años de carrera.

Parece mentira que, a esta altura del partido, un grupo que cumple tanto tiempo de vida deba seguir enfrentando cuestionamientos de los desconfiados, como si se tratara de una banda armada por casting o por un concurso televisivo. Por suerte, las criticas nunca los paralizaron y siguieron adelante, como cuando los acusaron de venderse por haber grabado Hacelo por mí e ir seguido a los programas de Tinelli y Pergolini los domingos por la noche, o cuando se les cuestionó haber covereado a Gilda, o cuando también se los criticó por seguir sin Ciro Pertusi

Nunca fueron un problema para Attaque los cuestionamientos, sí tal vez una incomodidad, una molestia…pero jamás dudaron en salir a aclarar las cosas, ya que nunca tuvieron nada que esconder. De hecho, no se escondieron cuando Mariano no pudo viajar a Costa Rica y México, todo lo contrario, viajaron igual y tocaron. Diezmados, sí, pero cumplieron el compromiso y luego contaron qué sucedió. Y no sólo eso, ya que Mariano grabó un mensaje en video en el que contó sobre sus problemas de salud y, también, que se sentían un poco desilusionados con la discográfica por las idas y vueltas por la forma de publicar el nuevo disco. También dijo que el lanzamiento del nuevo álbum, que será entero y ya no en partes, y esta serie de shows seguramente serán las últimas cosas que hagan como grupo. Claro, sin vueltas ¿¿Robar??

“Es un milagro que hayamos llegado a 30 años como banda”, expresa Mariano. Y puede que tenga razón, pero de ninguna manera están robando, como se atreven a sugerir algunos. “A la gilada ni cabida”, diría Miss Bolivia y replicaría Marty Friedman desde Japón. Tema cerrado.

Niceto Vega era una fiesta

En la calle, durante la previa de estos shows hay alegría, entusiasmo y ganas de participar, como la de cientos de treintañeros que vienen a revivir los clásicos de Ángeles Caídos, Amén y Un día perfecto. Esas sensaciones también las comparten Pablo de Cecco, el hijo de Leo, que se puso a trabajar en la ventanilla con la lista de prensa e invitados, Corvata, de Carajo, Lisandro Carcavallo, el director del documental de Cemento al que le encargaron registrar todo lo que pueda pasar en estas noches mágicas, Mariano Asch, quien produce estas fechas, y todo el staff de Niceto, local que se da por fin el gusto de tener a una banda grande de verdad tocando en su sala.

Tras sentir toda esa buena vibra el martes, durante el primero de esta serie de shows programados de acá a fin de año, la banda decide hacer una firma de autógrafos en un bar frente a Niceto. La fila se extiende una cuadra. De un momento a otro tienen que cortar para cruzar y tocar. Hay gente que se queda con las ganas, por supuesto, pero quedan recados que se cumplen durante el show, como el de tocar Fábrica a pedido de un fan que les avisó que, por más que no estuviera en la lista ni ensayada, les gritaría toda la noche hasta que la tocaran. La improvisan. La tocan despacito y buscando las notas correctas. El clásico de Legiao Urbana es un regalo extra que se agradece. Hacía mucho que no lo tocaban.

Además de Fábrica, hay muchos condimentos especiales más en estas dos noches de Niceto, ya que, además de la participación casi habitual del Chino Vera [que se calzó los anteojos negros, la guitarra y una remera de Jauría en el segundo show para tocar Justicia y Ángeles Caídos], también aparece Claudio Leiva, primer baterista de la banda, para El gran chaparral y Filo, y luego se queda sentado en la bata para hacer Ya sé, con Mariano y Alejandra Gravinese, en bajo, lo que fue el “debut oficial” de Cabeza de Navaja, el primer antecedente de Attaque.

Hermosa lista, de principio a fin, comenzando con Como Billy the kid, pasando, entre otros, por Piscis, 2 de abril, Cinco, Luz y Numancia, y cerrando con Ángel, San Fermín, Chicos y perros y Ya me aburrí.

“Esto es Attaque 77”, dice el vocalista, tras referirse a los comentarios malintencionados en las redes. Y también en las redes, luego de haberse caído de sorpresa al show de los tres pájaros negros, hace justicia Ciro Pertusi: “El mejor recital que he presenciado de Attaque tanto arriba como fuera del escenario. No exagero. Aflojen con la nostalgia que se están perdiendo el presente. Después van a llorar porque van a querer que vuelva Attaque 2017. Esto es de exportación y lo tenemos acá. Todo fue perfecto, así que sólo tengo elogios para todas y cada una de las partes responsables de este evento».

Destreza, carisma, vigencia, emoción y velocidad…Todo eso y mucho más es Attaque 77, una banda que en 30 años lo único que fue capaz de robar fue el corazón.

Alejandro Panfil

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