El show es casi una grata sorpresa de vacaciones de invierno. Whatsapp mediante, llega invitación para ver a Sentidos Alterados, la banda por la que hoy vale la pena cualquier tipo de sacrificio, cómo lo es salir a la calle con sensación de bajo cero que no se va ni con ocho soles comprados en una feria americana. Que la movida se esté mudando masivamente a Palermo ayuda y mucho, y que el local sea cálido y vistoso como lo es Lucille, mucho más, ya que salir de casa cuando el invierno va para largo tiene su precio.
Eso sí, llegar y que haya mesas por delante del escenario te la baja un poco, detalle que la banda no deja pasar, aunque no podrá hacer demasiado por impedirlo más que dar una sólida y excitante presentación en la que demuestran por qué se habla tanto de ellos. Básicamente, por qué son una banda por la que poner las manos en el fuego.
Justifican semejante acto de valentía porque no sólo dicen lo que tienen para decir, entregando esa urgencia en envase post punk, sino que también llenan el escenario de una manera en que pocas bandas pueden hacerlo. De hecho, grandes consagrados del mainstream no lo logran. Y así el Pájaro Rainoldi hace terapia en vivo, siendo el verdadero interlocutor con la audiencia, mientras una precisión ramonera se apodera del resto de los integrantes, Nacho Noceti en guitarras, Mar Lasbats en bajo, Cocko Rainoldi en percusiones y demases y Octavio Bermejo Villarreal en batería.
Como haciendo honor a una desesperada Bárbara Recanati, dejan todo lo que tienen, con, entre otros, La Caída y Flores del mal, y se entregan a un futuro que se les percibe alentador. Con sus dos primeros EP dieron muestra de lo que están hechos.
Tienen los sentidos alterados y están en condiciones de incendiar los escenarios si hace falta. Por eso, para quienes los siguen debajo de las tablas, es momento de disfrutarlos y de recomendarlos, sin ningún temor a quemarse.
brandyconcaramelos.wordpress.com 
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