Music is my girlfriend siempre es el mejor festival para descubrir qué es lo que se viene en el indie. Y más allá de los gustos de cada uno, lo que más se destaca de este ciclo es el asumir riesgos y ponerle la cara a lo que venga. En tiempos más que difíciles para encarar un emprendimiento, no es menor que se puedan seguir viendo buenas y nuevas bandas, a un precio más que accesible y en lugares increíbles como lo es La Confitería, ese recinto que pasa casi desapercibido en el primer piso de un supermercado chino de la Avenida Federico Lacroze.
Hay que animarse a pasar, a subir y disfrutar de lo bueno que siempre tiene para ofrecer el menú del Music. Se suben a las tablas Roto, Justo antes de la guerra con esquimales y El gran lago. Ofrecen su arte, su personalidad y sus ganas de innovar. Se percibe fácilmente.
La velada se cierra a la madrugada, con la satisfacción de haber llevado a cabo nuevamente el festival a pesar de las dificultades. Music is my girlfriend es insistir siempre, y por eso siempre deja su marca.
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