
Una chica, a mi lado, grita: "¡Chinga tu madre, no más baladita, queremos punk-rock!". Sobre el escenario, Julián Ibarrolaza, la entraña más latente de Embajada Boliviana, va por su cuarto tema acústico de la noche. Pienso: ¿Qué es más punk que pararse en un local punk a cantar temas desconectados y románticos? Evidentemente, la chica no sabe nada. Probablemente en tres o cuatro años, cuando se reciba de ingeniera ambiental (le pregunté) y empiece a buscar empleo y pareja y estabilidad, intentará esconder de su experiencia vital esta época de su vida y su chamarra con enorme parche de Misfits en la espalda pasará, por línea directa, a la primita rebelde, si es que no termina rematada en … [Read more...]