
Tenía una de esas resacas que tienen la capacidad para mantenerse por debajo del radar. Sin dolor, sin mareos. Solo una persistente sensación de aturdimiento, y de que todo se estaba yendo, sin causa aparente, decididamente a la mierda. Malas vibraciones. En eso estaba mientras subía las escaleras del Salón, pensando en cómo me las iba a arreglar para llegar al final de la noche en el estado en el que me encontraba. Lindo lugar, el Salón Pueyrredón. Tiene algo que otros lugares no tienen. No se ve real. Se siente real. Se nota enseguida que los tipos detrás de todo el asunto están poniendo algo más que el mínimo indispensable. Que no les hubiera dado lo mismo poner un boliche de cumbia. O … [Read more...]