Taura redondeó una gran etapa en el Samsung Studio [review]

Pasan los días, pasan los meses y también hay años que empiezan a dejarnos. Y cada vez que el tiempo expira y todos nos vemos un poquito más grandes, un poquito más lejos va quedando la fecha de salida de El Fin del Color, el disco que se encontró con Taura en su punto justo de madurez y que hizo que la banda fuera considerada fundamental para la revitalización del rock que se hace en la Argentina, aunque todo ese combo de calidad, buena música y personalidad, lo que es efectivamente esta banda, no se haya visto correspondido con un buen número de asistentes a sus recitales.

Y a pesar de que 2011, año en que salió su último disco, va quedando cada vez más lejos, en la noche del Samsung Studio (un hermoso lugar ubicado en San Telmo que en el año 2000, cuando se llamaba Michelangelo, albergó uno de los mejores conciertos que hayan dado los Babásonicos en toda su carrera) no hay una consigna que Gaby, Santiago, Leo y Alejo hayan elegido como imán. Es discutible, pero está bien, ya que confían a pleno en la muy buena música que les sale del alma.

El resultado es un concierto íntimo que comienza con A cántaros y Sueños que desesperan, dos obras maestras a las que para esta noche decidieron invertirle el orden que llevan en el disco.

A diferencia de la última Trastienda que hicieron, tienen la buena noticia de que llegaron más copias del vinilo recientemente editado y tal vez a modo de celebración tocan Rick Hunter, el track especial que decidieron incluir en esa linda edición a cargo de Zonda Records, para luego tocar 200 días, ese desgarrador lamento por tanta soledad en clave White Pony, de Deftones.

Claro que hay lugar para los temas más viejitos, cómo Acantilada, Aconcagua y Correcaminos. Mientras, hay un flaco en la primera fila que saca su celular y lo mantiene fijo para hacer algún que otro videito que seguramente ya debe andar por YouTube, cosas que tiene esta era del “yo estuve ahí”.

Gaby se siente contrariado por tener que volver a cantar Jenizaro, pero la hace con gusto porque el público la votó previamente para que estuviera en la lista. ¿Y qué pasa? Sale más rockera que nunca.

En la recta final de este show que parece empezar a cerrar una gran etapa de la banda, llegan No Luz, Rompevientos y Muelle. Sin corte para los bises, se cierra el telón y Taura se despide con el deber de que pronto haya algo nuevo bajo el sol.

Alejandro Panfil

Comments

  1. Impresionante ese reci!!!

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