“Flechas que le tiraba el ángel del olvido, dice su abuela que eran.
Puede que alguna le acertara justo en el corazón, digo yo”
Flechas del ángel del olvido es una intensa obra sobre la relación memoria, identidad, intersubjetividad y lo simbólico. Con actuaciones impecables, una puesta en escena que funciona perfectamente, un libro que plantea preguntas filosóficas y sociales interesantes, la pieza parece infalible y, sin embargo, pasa por misteriosa.
La escenografía corta la escena en 4 planos: la habitación de la amnésica protagonista al fondo; la sala de espera donde los pretendientes a la identidad de la amnésica X (equis) se debaten su suerte; el público o un espacio de observación que se esconde detrás de un sospechoso espejo; y el cubículo de la enfermera: es una escena que va del panóptico de Foucault al dispositivo del espejo de Lacan. Y la referencia es pertinente porque el dispositivo es minimalista y pone en primer lugar el texto, que por momentos es casi un ensayo. Me dio la sensación de que más de uno puso cara de “ahhh, claro…” pero en el fondo no entendió muy claramente de qué venía la mano. No porque fuera difícil, sino porque no tiene pretensiones de respuesta sino de pregunta, a pesar del final en que se ensaya una fuga.
Es un poco pretenciosa, hay que admitirlo. Funciona más allá de que lo que el libro parece querer transmitir se ve forzado en un formato de obra de teatro. La idea es pensar qué le pasa a nuestra identidad, esa que en general consideramos tan auténtica y sagrada, cuando faltan los recuerdos ¿qué tipo de identidad es la del olvido, la de la X (equis) vacía? ¿Cómo funciona el relato de los otros al momento de responder acerca de quién somos? La amnesia como la posibilidad de empezar de cero, de volver a nacer; las luchas por darle vida a X (equis) como la posibilidad de ser todos a la vez o no ser ninguno.
En una entrevista en un importante diario argentino el autor José Sanchís Sinisterra contó sus objetivos con esta tragi-comedia. Allí, dijo: “Veía a las nuevas generaciones abducidas por un sistema que genera una actualidad permanentemente renovada, que echa niebla sobre el pasado, que lleva a la abolición de la memoria. No soy un neurótico de las teorías conspirativas, pero creo que los grandes capitales extranjeros tienen que ver con esto, porque en la oferta continua de novedades se basa su crecimiento y pervivencia.” Ahí entra a jugar la figura de la enfermera en su cubículo, una española de dudosa intención que presenta a X (equis) con opciones identitarias pero simultáneamente pone límites y controla las situaciones. Opera tal vez como el articulador entre los discursos posibles y la identidad vacía. De igual manera hay que forzar bastante la obra como para encontrar a “los grandes capitales”. Si el autor logró lo que se propuso queda a juicio de cada espectador y, obviamente, del suyo propio.
Flechas del ángel del olvido está los lunes a las 20:30 h en Timbre 4
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