No suelen encontrarse bandas que suenen tan vitales y con la proyección que tiene Bigger, de orígen en Rafaela pero plantado con mucha determinación en Buenos Aires. Es una realidad que el momento que atraviesan sus actuales integrantes es uno de los mejores que les haya tocado vivir y por eso no tienen ningún complejo en disfrutarlo como se debe, sin esconderse, sin pedir permiso y prestándole atención a todas las oportunidades que haya para crecer.
Ya está en la calle desde hace unos meses Contraviento. Hubo tiempo y habrá para presentarlo a lo ancho y a lo largo del país, como es costumbre y mecánica de laburo propias de la banda, pero hubo que hacer un stop obligado en la Capital para conquistar uno de los recintos más especiales, estratégicamente ubicado y seguramente con las mejores condiciones que se puedan encontrar por estas tierras.
La Trastienda, que aprovecha al máximo esta nueva etapa del rock argentino en la que los sótanos no abundan, es uno de los lugares apuntados para confirmar el crecimiento de una banda y por ello Bigger se lo puso en la mira para sacarle más brillo a su nuevo disco y para cautivar al público de siempre y también a los curiosos que se fueron sumando en los últimos tiempos.
Apenas pasadas las nueve de la noche, el Negro, Pablo, Oliver y Manu se disponen a dejar todo en el escenario y lo terminan logrando sin fisuras, algo que sería muy valorado tras el show, en ese momento de secarse la transpiración, hidratarse, tomar perspectiva de lo realizado y disfrutarlo a pleno.
La consigna es presentar cada uno de los temas nuevos, y por eso el repaso a Contraviento es completo, empezando con Vuelo en la imaginación y terminando con Desaparecer, no sin antes pasar por Mi devolución, junto a Luciano Farelli de Parteplaneta, Fuegos Cruzados, un tema ideal para reflexionar en épocas de elecciones, y Big Bang, una de las máximas joyas que tiene el disco.
Obviamente que en la segunda etapa del show hay tiempo para repasar otros clásicos como El ser extraño, Humano y El reto de existir, todos con la misma entrega y el mismo aplauso del público como gran recompensa.
El lugar está poblado por una audiencia entusiasta que agita un pogo celebratorio por el gran momento que están pasando los Bigger, que no dejan de agradecer a todos aquellos que los vienen acompañando en este crecimiento que no se detiene.
La noche ya es una realidad hace rato, tan realidad como que Bigger, así como está, es la foto de una escena emergente que ya no sólo tiene su base en la gran ciudad sino que también viene con más y más impulso desde tierra adentro. Ya era hora.
Alejandro Panfil
Fotos: Sergio Castro Peña
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