Pepe Cibrián: «Si yo soy exitoso es porque me he sabido adaptar a los sótanos» (Entrevista)

Cibrian.AGmagazine

Brandy es muchas cosas. Brandy es música, es teatro, es cultura rock. Bueno, resulta que por esas cuestiones de la vida,  nos encontramos con un ciudadano ilustre de nuestra ciudad, el señor Pepe Cibrián Campoy. Alguien muy vinculado al teatro, a la música y a la cultura. Y aunque bastante lejano al rock, creímos que tenía algo para decirnos, así que decidimos sacarlo un poco de su lugar de comodidad (lo cual sabemos hacer muy bien) y charlamos un rato buscando algunos puntos de encuentro entre sus intereses y los nuestros. Se prestó a responder con la mejor onda.

Claro que la primera pregunta que se me ocurrió fue que dijera algo sobre el paso de American Idiot de Green Day por Broadway, pero no la había escuchado nombrar jamás. De hecho, nos preguntó si se había estrenado en Londres. Me quedé callada unos segundos; Pepe acababa de sacarme a mí del terreno en el que me muevo con facilidad. No importó mucho, porque en seguida la remontamos ambos, y esto fue lo que salió:

-Pepe, vos que venís del lado de la dramaturgia ¿por qué agregarle música a un texto teatral?

-Porque la música permanece en sí misma. La música llega al alma y es un conductor muy fuerte de emociones. Por eso se generan pasiones brutales, porque es muy orgásmico. Y tiene que ver con la música. No porque guste más que el texto, sino que la música genera una reacción adrenalínica. Por eso en los recitales hay monstruos que no dejan pasar a nadie: porque la gente ve a los músicos y los quiere violar. En el teatro sólo con texto es más difícil. Por muy genial que sea la obra, eso no pasa. A lo sumo algunas fanáticas esperan a los actores afuera. Pero la música es euforia.

-Y más allá de lo concreto de la música, ¿pensás que hay lugar para el contenido rockero dentro de este  género tan particular que es el teatro musical?

-Mirá, cuando vi Hair allá por los ’70, pensé: ¡qué paradójico, qué absurdo! Porque  es una obra donde se hace una crítica muy profunda a la guerra de Vietnam, donde los protagonistas hacen una proclama en contra del sistema, en contra de todo, pero te terminaban cobrando lo que valen 340 entradas juntas. No lo entiendo. Si lo hubieran hecho en lugares más modestos, en pueblos… eso sí hubiera sido coherente. ¡Pero había una señora gorda con un visón aplaudiendo el ataque al sistema! Ahora, si vos con tu música, con tu obra y con tus ideas vas intentando realmente modificar algo, intentando que te entiendan, ahí sí que hay un espacio para el rock.

-Y vos personalmente ¿cómo te llevás con el rock?

-A mí puede no gustarme tanto el rock, pero hay cosas que me fascinan. Eso sí, si me preguntás cuáles, no lo sé. Pero a veces le digo a Santiago que me ponga música porque quiero saber qué anda pasando. Yo no voy a recitales porque soy un poco ermitaño, pero me informo. Y algo pasa, algo está pasando, y está bueno.

-Entonces me imagino que nunca nos vas a dar el gusto de hacer vos una obra de corte más rockero…

-No creo. Pero es bueno que alguien haga musicales con rock, hay  gente que los hace. Acá faltan todavía musicales rockeros, es cierto, pero los hay en otras partes. Rent, por ejemplo, y muchos otros que vi. Mirá, si gusta la música, gusta la historia y está bien escrito… El problema es el de la torta y el bizcochuelo: todos quieren decoración pero nadie cocina. Todos se pelean por ponerle las velas y luces. ¡Pero no, andá primero a hacer el bizcochuelo! Hacé el texto, hacé la música, que tenga potencia. Y después lo estrenás en un sótano sin nada y da igual, porque el teatro es imaginación. Ahora, si no lo hacemos en París… ¡Si querés, estás en París, aunque sea con una torre Eiffel de mierda, de plástico! Esa es la ventaja del teatro y no lo entienden a veces los chicos. A veces quieren la escenografía del quiero y no puedo, y la capita cortita de tafeta… ¡No pongan nada! Poné un jean y una camiseta  y da igual. Lo importante es encontrar primero un líder, en el sentido de alguien que aglutine y que genere emoción, que te lleve como el flautista de Hamelin. No hacia el precipicio como las ratas, obvio, pero que te conduzca. Eso lo necesitamos todos.  Cuando esté eso y armes un grupo de gente talentosa que se adapta, y al cual también cedés y delegás cosas, ahí tenés tu musical. A lo mejor te sale como el culo, pero en una de esas el décimo te sale bien. Ahora, si te quedás en “lo voy a hacer cuando tenga todo como quiero” no lo hacés nunca.

-Vos arrancaste por ahí…

-Por supuesto. Si yo soy exitoso es porque me he sabido adaptar a los sótanos. Sólo pasados los 30 años pisé el Luna Park con mis obras. Yo quería que me produjeran en un teatrito, que me dieran un lugar nada más. ¿Luna Park? ¡Cómo se me iba a ocurrir semejante delirio! Pero cuando se me dio, salió todo muy bien. Siempre fue un “¿Vamos a hacer….?” “Sí, vamos”. Vamos. Eso creo yo que hay que aplicarlo a todo en la vida.

Yoapocap

Foto: tomada prestada de AGMagazine

Comments

  1. Muy claro, me gusta lo que piensa. Buena nota!

  2. Capoooo, talentoso y humilde hijo de famosos pero echo desde abajo esos son los dignos de admirar, muy buena nota!!!!!!

  3. Verdaderamente una persona increíble!

  4. qué buena nota!!! espectacular este Cibriàn. Me quedo con la gorda del visón aplaudiendo la lucha contra el sistema… en el ROCK PASA DEMASIADO!!!

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